domingo, 3 de febrero de 2013

3/2/2013

¿Tanto miedo te da el compromiso? O es la decencia? Que por tener dos dedos de frente ya no te gusto. ¿Debería tener un encefalograma plano como todos esos gilipoyas a los que prestas los besos? Quizá no es eso, y es que soy tan feo como creo a veces, o puede ser la frase que me lleva persiguiendo toda la vida de "te quiero muchísimo, pero solo como un amigo". He llegado a odiar tanto esa frase... Casi tanto como anhelo saborear el rozar de tus labios y no olvidar nunca ese sabor. Ahora mismo tengo la autoestima por los suelos, ¿hasta con tu primo, en serio?, me siento un desecho, un hombre mal hecho que desea que duermas apoyado en su pecho y darte todo el cariño que durante noches como esta van a parar a una teja de mi terraza mientras miro las estrellas...